Ayer en el Eats&Twitts Madrid, tuve el placer de compartir mesa con @digitalmeteo, @Latrinchera, @Reina55, @Julietahough y otros tuiteros.
Durante la comida, la conversación fue muy amena y agradable pero en un momento dado llegamos a plantear un pequeño debate acerca de la libertad en Twitter y me gustaría compartirlo.
Fernando (@Latrinchera) comentaba que le acusan de spamer las personas que le siguen, él escucha encantado el feedback de sus queridos followers y obra en consecuencia, habitualmente reduciendo su actividad en Twitter.
Como yo soy bastante temperamental (por decirlo suave), casi me enfado al oirle decir que baja el volumen de tuits. ¿Por qué? No lo entiendo. Si a un follower le molestan tus tuits, que deje de seguirte y ya, no veo mayor problema.
Creo que uno de los pilares fundamentales de Twitter es que puedes seguir a quien tú quieras sin necesidad de reciprocidad. Aunque no despiertes ningún tipo de interés en la otra persona puedes tenerle en tu time line. De la misma forma, te sigue quien le apetece, sin ningún tipo de obligación.
No me parece justo intentar coaccionar a alguien para que tuitee más o menos.
Querido Follower:
Eres libre de seguirme o no. Estoy encantada de tenerte, pero mi Twitter es mío y escribo lo que quiero y en la cantidad que quiero.
@ana_sopli
No hay comentarios:
Publicar un comentario